EL CAMINO DE LA LUZ
VIA LUCIS
Como natural culminación del Vía Crucis, ha surgido en los tiempos recientes la práctica del Vía Lucis: la meditación orante del misterio glorioso del Señor, que comprende desde la Resurrección a Pentecostés. Él nos enseña a caminar en el mundo como "hijos de la luz", reconociendo su presencia permanente entre nosotros y dando testimonio de la vida del Resucitado.
Así como durante Cuarenta días la Iglesia nos hace vivir la Cuaresma preparándonos en la oración, el sacrificio y la limosna como preparación para la Semana Santa, así también durante Cuarenta días nos hace disfrutar del Triunfo de Jesús hasta la Ascensión, y más propiamente durante Cincuenta días nos hace vivir en la alegría hasta recibir el Espíritu Santo en Pentecostés.
Conviene eliminar un cierto sentido trágico de la fe, en que se subraya sólo el dolor y el sufrimiento, pero olvidamos el gozo y la esperanza. Son muchos los cristianos que se quedan sólo observando la Cruz y olvidan que Jesús hoy vive como el Resucitado y el Resucitador de sus hermanos.
Tal como el Vía Crucis, este “Camino de la Luz” puede ser vivido en cualquier tiempo del año, y se pueden utilizar flores, cirios, aclamaciones, danzas y cánticos gozosos. Nos parece necesario recuperar la fiesta en nuestra vida cristiana y este puede ser un excelente instrumento para hacerlo.
En algún lugar del mundo encontramos este “Vía Lucis” que hemos adaptado a nuestra realidad.
P. Cristián Precht
P. Miguel Ortega
NOS REUNIMOS A CELEBRAR EL TRIUNFO GLORIOSO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Y LO HACEMOS EN NOMBRE DE LA SANTA TRINIDAD:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén,
Nos dice San Pablo:
CRISTO JESUS, siendo de naturaleza divina,
no consideró un tesoro indispensable
mantenerse igual a Dios.
El se despojó de sí mismo
asumiendo la condición de siervo
y siendo en todo igual a los hombres.
RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.
Apareció en forma humana,
se humilló haciéndose obediente hasta la muerte
y muerte de cruz.
Por esto Dios lo ha exaltado
y le ha dado el Nombre
que está sobre todo nombre...
RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.
Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, sobre la tierra y bajo la tierra.
Y toda lengua proclame
que Jesucristo es el Señor
para gloria de Dios Padre.
RESUCITÓ, RESUCITÓ, RESUCITÓ, ALELUYA.
Mientras se canta se puede encender el cirio pascual,
o simplemente un cirio, que nos alumbra el camino.
http://www.iglesia.cl/vialucis/index.html
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